martes, 30 de noviembre de 2010

Cruda realidad

Ante todo nos tenemos que permitir, ser imperfectos, y renunciar a querer gustar a todo el mundo a cualquier precio. Otra necesidad: transformar las diferencias en ventajas y centrarnos en lo que hacemos bien. Potencia lo que tienes: confianza en tí misma.
Aprende a mirarte al espejo, para verte como persona, y no para comprobar si tu nariz es larga o si tus caderas parecen siempre tan redondas. Piensa que el encanto,nace del olvido de uno mismo, al contrrario que la belleza física. Saber escoger a tus allegados también es primordial, personas que te aceptan por como eres; pero también es importante, saber escucharlos y no empeñarse en tus falsas convicciones. "Tener una buena opinión de uno mismo: aquí está la base sólida para una nueva partida".

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